Las clases se centran en el desarrollo de las habilidades interpersonales, la competencia social y habilidades individuales como la empatía, la escucha activa o la creatividad. Se podría decir que es yoga intelectual para el desarrollo de la inteligencia emocional. A lo largo de varias reuniones del taller, tenemos la oportunidad de explorar nuestros hábitos, que se activan en situaciones nuevas e imprevistas.
Cuando preparamos cursos, los adaptamos a un campo de estudio o perfil concretos. Hemos realizado cursos centrados en el desarrollo de habilidades interpersonales útiles en entrevistas de trabajo, para hablar en público o para trabajar en organizaciones modernas.
Se pueden encontrar clases de improvisación aplicada en los planes de estudios de universidades tan prestigiosas como el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), Stanford y la Universidad de California (UCLA). La improvisación también se enseña a futuros líderes en cursos de MBA, así como a empleados de las empresas más reconocidas, como Google, Microsoft o Pixar. ¿Por qué? Porque la improvisación combina el desarrollo práctico de habilidades interpersonales clave con un formato de clase interactivo y distendido.
El curso adopta la forma de un taller interactivo. Esto significa que, en lugar de sentarse y tomar notas, habrá juegos, actividades y movimiento frente a las pantallas. A través de estos ejercicios sacaremos conclusiones sobre nuestros hábitos de acción y nuestras emociones. Nos desarrollaremos, pero también nos divertiremos.